AVISO DEL NACIMIENTO DE JESÚS, NUESTRO QUERIDO MAESTRO


Descripción espiritual efectuada el 8 de marzo de 1918 por el cofundador de la Escuela Científica Basilio, Eugenio Portal.


Cuando aún faltaban pocos días para el nacimiento de Jesús, su tía Judith que vivía en aquel entonces en Belén, concibió el proyecto de efectuar un viaje a Jericó, con el fin de buscar a su hermana, María de Jericó -casada con el carpintero José de Nazareth- quien se encontraba de visita en casa de sus padres.  No obstante la gran distancia que separaba a ambas ciudades, Judith no titubeó en recorrerla a pie y, con el objeto indicado, emprendió sola su viaje. 

En verdad, el camino ofrecía toda clase de seguridades a los viajeros porque, en aquellos tiempos, los viajes no presentaban los peligros que actualmente existen en algunas comarcas y en particular para la mujer, que disfrutaba de grandes consideraciones, gracias a las cuales podía arriesgarse a recorrer sola grandes distancias, sin correr el más mínimo peligro, pues es todas partes era respetada.

Ya en las tareas de Belén, Judith, deseosa de calmar su sed, se detuvo un instante para tomar agua en una casa de humilde apariencia, habitada por Macabeo, a quien encontró en compañía de otros tres hombres.

Tan pronto como la viajera hubo satisfecho esa necesidad, uno de los compañeros de Macabeo se ofreció a Judith para acompañarla a Jericó, ofrecimiento que esta se apresuró a aceptar, e inmediatamente ambos se pusieron en marcha.

Al cabo de un trecho, Judith sintiéndose fatigada, decidió con su compañero tomar algunos momentos de descanso y los dos se sentaron en uno de los costados del camino el tiempo suficiente para reponer sus fuerzas y, luego proseguir su viaje.  A los pocos instantes de estar allí, la viajera percibió "una nube blanca, que se acercó lentamente, mientras una voz le decía: "Vete enseguida a Jericó, y no pierdas tiempo en llegar porque tu hermana María te está esperando ya lista, para iros juntas, inmediatamente a Nazareth.  Te hago saber, que DIOS mismo, ha "decidido" que el niño que ella va dar a luz se dedicará a una gran misión, que desempeñará para el bien de la humanidad.  Vete... apúrate, porque José también os espera a las dos, con cierta ansiedad por haber recibido el mismo aviso".

La "nube blanca" que la mente elaboró (llegó hasta envolver por un instante su cabeza) desapareció enseguida, dejando a Judith completamente turbada por esa comunicación espiritual, que debía tener tan grande como hermosas consecuencias para la futura salvación de los espíritus no purificados.

Una vez repuesta de su sorpresa, la hermana de María participó a su compañero el grato acontecimiento en estos términos: "Hombre: acabo de ver una nube blanca, y una voz me anunció una gran noticia, pongámonos en marcha, y luego en el trayecto se la contaré"

Al llegar a Jericó, Judith halló efectivamente a su hermana María, que la estaba esperando ya lista para dirigirse con ella a Nazareth, tal como le había sido anunciado, y comprobó también que su hermana había recibido la misma comunicación espiritual, de modo que es debido a esta circunstancia que Maria se había apresurado a preparar su regreso al domicilio conyugal, en el que las esperaba con cierta inquietud su esposo, José de Nazareth.

Si el encuentro de las dos hermanas dio motivo a una gran sorpresa al participarse de los hechos relativos a la portentosa comunicación que ambas habían recibido, su asombro fue aún mayor, cuando al llegar a Nazareth, José les participó a su vez, en medio de una dulce turbación, en qué circunstancias había recibido el mismo aviso.  Y fue entonces cuando los tres pudieron comprobar en todos sus detalles la perfecta similitud de ese acontecimiento, producido de la misma manera en tres distintos sitios y casi al mismo tiempo, lo que había sido perfectamente posible ya que tanto Judith como María y José, tenían estimulada la actividad mental intuitiva y se manifestaba tanto para la descripción como para al audición.

Es que no era raro, en aquellos buenos tiempos, encontrar entre los miembros de la gran familia de Israel, a personas que por sus virtudes, disfrutaban de facultades intuitivas, por cuanto el pueblo de Israel, fiel observador de bellísimas costumbres, había sido elegido para recibir la Luz Salvadora en la persona del Mesías.

Aclaración:

La comunicación espiritual que narra los sucesos descriptos cuando apenas faltan días para que se produjera el nacimiento de Jesús de Nazareth, fue recibido el día 8 de marzo de 1918 por el cofundador de la Escuela Científica Basilio, Hno. Eugenio Portal y es un documento histórico de los archivos de la Escuela, recientemente hallado, por encontrarse inserto entre las paginas de textos institucionales.

Esto coincide con las aclaraciones espirituales brindadas nuevamente por el Bien al Discípulo Espiritual Coordinador General Hno. Ernesto Guido Boeri, referidas al nacimiento del Redentor que tuvo lugar entre el 8 y el 12 de marzo, y no el 25 de diciembre, por tratarse esta ultima de una fecha de conmemoración que se respeta en la comunidades cristianas, debido a la tradición religiosa popular, y que también acepta la Escuela Científica Basilio.